Bajo una incesante lluvia que cayó sobre el Emirates, los
Gunners no pudieron doblegar a un Chelsea que se defendió muy bien y el empate
sólo sirvió para que el local alcance al Liverpool en la punta del campeonato.
El equipo de Mourinho apostó a la rapidez del contra ataque
y no pasó grandes apuros atrás, Terry y Cahill estuvieron muy firmes. La más
clara del primer tiempo fue para los Blues y recayó en los pies de Lampard, que
con fuerte disparo en el área hizo temblar el travesaño del arco custodiado por
Szczesny.
El Arsenal debía ganar y mostrar una mejor imagen, nada de
esto sucedió, no supo jugar el encuentro, pocas asociaciones, chocó mucho con la defensa visitante, muy intrascendente,
como la labor de Ozil, acaso el más importante jugador en cancha que pareció
uno del montón.
Recién faltando quince minutos para el final, el local
generó algunas chances que pudieron haber torcido la historia. A los 76’ luego
de un gran pase de Ramsey, Giroud no acertó al arco cuando enfrentaba a Cech.
Luego, el francés estuvo a punto de marcar tras centro de Gibbs pero en el
camino se interpuso Terry.
En tiempo adicionado, Azpilicueta sobre la línea despejó un
cabezazo de Sagna.
Igualdad final, Moruinho no vio con malos ojos el empate,
sacó rápidamente en el complemento a Hazard para que descansara y faltando poco
hizo ingresar a David Luiz por Torres, quedando el Chelsea sin delanteros.
Wenger no hizo cambios, sabiendo que cuenta con un plantel
corto y que puso lo mejor que tenía en cancha. Cazorla muy irregular y un
Podolski recién vuelto de una larga lesión,
se quedaron con las ganas de participar.
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