Los Reds se impusieron en el Britannia Stadium por una
mínima ventaja, pero que puede pesar en el desenlace en Anfield. El conjunto de
Klopp volvió a sumar jugadores a la lista de lesionados, Coutinho y Lovren,
pero encontró en el joven Ibe la carta del gol.
Hubo dos versiones del Liverpool en cancha, en cambio los
Potters sólo mostraron su peor cara.
Al comienzo del encuentro, y podría decirse a lo largo de
veinte minutos, se vio lo mejor de la visita. Presión alta de los Reds, mucha
movilidad en los delanteros y buena transición con la pelota. El conjunto de
Mark Hughes por momentos estuvo acorralado, sin poder salir limpio del fondo.
Muchos disparos desde afuera del área por parte del
Liverpool, Firminio el que más probó la resistencia de Butland, el arquero no
dio mucha seguridad.
A los 18’ se fue lesionado Coutinho, ingresó Ibe. Minutos después,
también fue sustituido Lovren, ambos evidenciaban lesiones musculares.
Pasada la mitad de hora, un desborde de Llana fue desviado
por Allen en el área y en soledad, Ibe marcó el único tanto del encuentro.
También se destacaron en la visita las tares de Kolo Touré y
Emre Can, vitales en el aspecto defensivo. Antes del entretiempo, Johnson logró
crear peligro para el local.
El segundo tiempo tuvo al equipo de Klopp más replegado, y
al Sotke tratando de tomar protagonismo pero con limitaciones evidentes para generar
juego, y sobre todo pases bien dados. Hubo que esperar hasta la última jugada
del encuentro para una emoción, cuando Walters , tras un largo pelotazo que no
logró conectar Crouch, quedó cara a cara
con Mignolet pero su zurdazo esquinado se fue afuera.
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